Los cuentos de hadas también tienen taches y guitarras eléctricas. Eso lo puede probar la banda canadiense Anvil, que se presenta este viernes en el Teatro La Mama de Bogotá, y que ha sido protagonista de una historia que mezcla éxito, mala suerte y redención.
En 1984, este grupo se perfilaba como una de las promesas del rock mundial, a la par con bandas como Scorpions, Iron Maiden y Bon Jovi, pero después de un exitoso concierto en Japón y la adoración de los metaleros del planeta con el lanzamiento de su segundo disco, Metal on Metal, comenzó a perder terreno y desapareció de la escena.
Hasta ahí parecía la típica historia de un par de músicos (Steve 'Lips' Kudlow y Robb Reiner) que saborearon sus 15 minutos de fama, pero fue gracias a Sasha Gervasi -un fanático que los vio en 1985 y que luego se convirtió en guionista de Hollywood- que dieron un giro interesante.el tiempo
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